Días Planos

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Hoy es otro día plano. Sin altos y sin demasiados bajos. Con visitas al desconcierto y la incertidumbre. Con grandes preguntas y la ignorancia como respuesta. Vacío. Cansado. Uno de entre unos cuantos días planos. Resulta fácil caer en un lugar llamado “sinsentido”. Apetece poco o nada. La búsqueda de un lugar de paz, de calma, por un ratito, aunque sea de una tenue intensidad. ¿Dónde está ese lugar hoy, y ayer y los otros días planos?

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De nuevo morí en el intento. En el intento de amar, de abrirme al amor. Me esforcé y perecí. Sí, creo que fué el esfuerzo para ser amado. Y para ser amado dejé de ser yo, para convertirme en un yo ideal(izado). Me dije casi sin darme cuenta que lo que sentía no era válido, que debo adaptarme al deseo del otro hasta perderme en él. Y confieso que comportarme así, en tiempos pasados dió sus frutos. Frutos en forma de placer, de risas y de entretenimiento con poca profundidad. Ahora mi sentir profundo pide paso a relaciones más honestas, menos perfectas. Dónde puedo ser infantil, ansioso, sensible. Dónde puedo sentirme perdido, vulnerable y sin tener la respuesta a cada situación. Con mis luces y con mis sombras caminar de la mano con la persona amada. Y las risas tienen donde anclarse, el entretenimiento está acorde a una complicidad. Esas cosas, esas pequeñas cosas que nos hacen tan grandes, como amadores, amantes y personas. Sigo tratando de saber que es ser un ser humano. Gracias VID
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El sonreir invernal

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